Hoy les voy a compartir 5 técnicas que este año incoporé a mi rutina de maquillaje. Quizás alguna les sirva, especialmente el hecho de saber que nada es para siempre ni las reglas son tan exactas a la hora de maquillarnos. A veces hay que ver lo que mejor nos resulta, y solo hace falta probarlo.
Comenzar por la Cuenca
Voy a empezar por algo que dije que «nunca iba a hacer»…y acá me tienen! Diciendo todo lo contrario.
Yo siempre fui fanática de empezar a maquillar el ojo por el párpado móvil, cuando muchas prefieren empezar por el «fondo» es decir por la cuenca que se forma atrás del pliegue del ojo.
Me di cuenta que a veces es mejor hacerlo de esa manera. Pero debo reconocer que yo conozco bien mi ojo y mi forma de párpado es bastante proporcionada. Si su párpado móvil es más chico, o inexistente, pueda que no les resulte tan simple. En cambio empezando por el móvil y viendo donde tienen el lóbulo ocular, pueden maquillarlo primero y después aplicar el color de profundidad.
Aplicar un tono súper claro sobre uno oscuro
Este truco lo empecé a ver mucho en Instagram, y nunca lo había hecho. Consiste en aplicar un color oscuro en todo el párpado móvil y arriba uno súper claro y brillante (más centrado en el ojo o tapándolo por completo).
Contrariamente a lo que imaginaba, la base de color oscuro, potencia el tono brillante mejor que si aplicara antes una sombra del mismo tono o más clara.
Usar un Bronzer iluminador
Esto se los comenté en mis Posteo de Premios UP TO ME 2018 que redescubrí varios polvos bronzeadores que tiene mucho brillo y que son más marrones para usar en todo el pómulo.
La técnica «normal» de contouring es aplicar un iluminador en los puntos de luz del rostro de un tono claro y brillante, para después usar un polvo tonalizador de tono marrón mate en las zonas que quiero sombrear o llevar para atrás (por ejemplo abajo del pómulo) para que la cara tenga más dimensión.
Yo empecé a usar productos que unen esta función, aunque el efecto no es el mismo. Básicamente me doy iluminación y algo de color tostado al rostro, todo en uno en todo el pómulo. En la Foto de arriba les muestro dónde. No queda de la misma manera que aplicando ambos productos por separado, pero es más fácil y muy sentador.
Usar un iluminador sin brillo
Otro de los típicos «nunca digas nunca». A mí jamás me gustaron los correctores iluminadores en pincel (ejemplo el Touché Eclat de YSL), porque como corrector se me quedan cortos y como iluminador líquido no tienen nada de efecto satinado ni brillo.
Sin embargo, encontré que son ideales para 2 cosas: 1. Para usar después de aplicar en corrector de ojeras, aplicándolo en la zona más cercana al lagrimal. De esta manera, ya corregida la ojera, esto aporta luz para dar mejor dimensión a la mirada y además la textura es más liviana, por lo que no recarga tanto esa zona de la piel donde tenemos pliegue. 2. También lo uso por la tarde, cuando el efecto del corrector empieza a irse, reaplico un poco para que se banque mejor la ojera sin que quede muy pesado.
Abusar del delineado
Desde que empecé a usar la cámara pro para sacar fotos para el blog, el delineador se convirtió en mi mejor amigo. Es un aliado absoluto para cuando tengan una fiesta o cualquier ocasión donde vayan a sacarse fotos. El marco que le otorga al ojo es incomparable.
Mi recomendación es siempre hacerlo por dentro (en ojos grandes o regulares) y por fuera en la línea inferior del ojo (en ojos pequeños) porque son los más sencillos y lo que quedan mejor en la forma de Ojos adecuada.
Son muy pocos los ojos que quedan bien con delineado en el párpado superior. Además de que es una técnica que requiere más cancha que lo otros dos. Así que no se compliquen, vayan a lo sencillo y vean como con este poquito suman mucho 😚.
💋 Mechi